D. Santiago Espino |
En la pista de atletismo de la
Universidad de mi tierra entrena también D. Santiago Espino, jugador
de la U.D. Las Palmas en la década de los sesenta. Él, con 77 años a sus
espaldas, sube cada mañana al estadio en su flamante, impoluto y clásico Mercedes
y da cinco vueltas caminando pues ya no puede correr de “tantas patadas que dio
al balón”.
Se mantiene en forma y saludable
gracias al entreno y a los potajes que su señora le prepara cada día.
Cuenta
que era un jugador que siempre estaba en forma, que lo daba todo en el campo,
que tenía personalidad, mandaba desde el minuto uno, colocaba a los compañeros
y amedrentaba a los rivales.
Luego entrenó a la juventud, a
los que les decía que tenían “el porvenir en sus botas”. Sus chicos solían ser
elegidos para jugar en la Unión Deportiva, “si Espino les recomendaba era
porque valían”. Unos aprovecharon el talento, otros se dejaron ir por “la mala
vida” me cuenta mientras su rostro se torna en tristeza. Se nota que él era un
padre para todos ellos.
Si D. Santiago se hubiera
dedicado al atletismo estoy convencido de que hubiera sido un gran campeón.
Cuenta que los entrenadores le mandaban a dar 20 vueltas al campo y "yo daba
25". Siempre daba más.
El atletismo, el running o como
lo queramos llamar me ha hecho conocer a muchas personas, casi todas buenas
personas y Míster ESPINO se nota que es una GRAN PERSONA.
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